
A la par con estudiantes universitarios en el resto del paĆs, estos se unieron en contra de que la Agencia de Aduanas e Inmigración (ICE) entre a la universidad y que tenga acceso a la información de estudiantes indocumentados.
Christian Valenzuela, de 20 aƱos de edad, quien participó en la protesta dijo que se siente muy orgulloso que otras personas aboguen por Ć©l. Desde que Donald J. Trump fue elegido como el próximo presidente del paĆs, Valenzuela dijo que no ha podido dormir puesto que teme perder lo que tiene.
“Estoy estudiando en CSUN y trabajo en la compaƱĆa H&M gracias al permiso de trabajo que nos dio Obama”, dijo el joven quien llegó a EEUU cuando tenĆa 3 aƱos de edad. “Me da miedo a veces porque no sĆ© si el próximo semestre voy a poder continuar en la escuela o voy a perder mis clases y mi trabajo”.
El Dr. Jorge GarcĆa, profesor de estudios Chicanos en CSUN, participó en apoyo a los estudiantes indocumentados y dijo que ya es tiempo de reaccionar y defenderse porque si se mantienen callados no hay cambio. “[En la universidad] debemos asegurarles a los estudiantes que no vamos a cooperar con las autoridades de inmigración”, dijo GarcĆa.
“Que queremos? Un santuario, ¿Cuando lo queremos? Ahora”, pedĆan los jóvenes durante la protesta de tres horas que por momentos se dispersaba y despuĆ©s se volvĆa a unir. El movimiento nacional se llevó a cabo en al menos 130 universidades del paĆs de costa a costa.
“Queremos que los chicos puedan continuar con el programa DACA y queremos ganar protección permanente”, dijo Carlos Rojas-RodrĆguez, organizador del movimiento a nivel nacional con Movimiento Cosecha. “En California queremos que todas las leyes estatales que ayudan a los estudiantes indocumentados continĆŗen en pie”, agregó.
En CSUN, el vicepresidente de asuntos estudiantiles, el Dr. William Walkins, observaba la protesta a distancia y dijo estar contento que los estudiantes puedan protestar pacĆficamente.
“Hasta ahora sabemos que hay muchos que estĆ”n preocupados porque no sabemos si los inmigrantes van a ser bienvenidos en el paĆs”, dijo Walkins. Sin embargo, aseveró que en el campus los estudiantes no deben tener miedo porque en CSUN “se ofrece ayuda y recursos necesarios” a todos sin importar su estatus migratorio.
“Muchos estudiantes estĆ”n sufriendo por sus familias y les queremos hacer saber aquĆ que estamos con ellos en solidaridad”, agregó el vicepresidente.
CSUN es reconocida por su gran población latina. Cada semestre alrededor del 46% de estudiantes de primer año son de origen latino, según Walkins.
No obstante, las palabras no son suficientes, dijo Francisco Facio, de 20 aƱos de edad, quien a pesar de vivir legalmente en el paĆs dijo que habla por sus compaƱeros inmigrantes.
“No me siento tan cómodo con esas palabras porque en el pasado la presidenta de CSUN [Dianne F. Harrison] ha dicho que nos apoya pero no hace nada para hacernos sentir seguros”, dijo Facio.
En un circulo de apoyo que crearon los protestantes frente a la biblioteca Oviatt en CSUN, diferentes personas hablaron de la importancia de apoyar a los estudiantes indocumentados. Algunos ofrecieron testimonios y otros ofrecieron apoyo moral.
Mientras los estudiantes y aliados utilizaron el hashtag #sanctuarycampus para apoyar el movimiento de crear mas campuses santuarios, opositores tomaron la frase para denunciar la estadĆa ilegal de los jóvenes en el paĆs. En las redes sociales pedĆan que se les quiten los fondos a las universidades si estas aceptan ser lugares santuarios y que se aumente la inscripción para los “ilegales”.
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