Despues de siete días consecutivos de marchas en Los Ángeles contra la reciente elección de Donald Trump como próximo presidente, el jefe policiaco de la agencia angelina aseguró a los residentes de la ciudad que no colaboraría con agentes migratorios para deportar a personas.Charlie Beck, jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) dijo el lunes que la agencia no tiene planes de cambiar su política migratoria, esto pese que el presidente electo ha prometido deportar entre 1 a 3 millones de personas indocumentadas en cuanto entre al poder el 20 de enero de 2017.
En 1979, el entonces jefe Daryl Gates firmó una orden que prohíbe a todo agente detener o interrogar a una persona con el propósito único de determinar su estatus legal. Incluso, durante el mandato de Beck, éste ha distanciado su colaboración con la Agencia de Aduanas e Inmigración (ICE) al cesar el traslado de reos que cometieron delitos menores a cárceles federales y al detener la práctica de mantener preso a alguien que tenga orden de deportación.
“No trabajaremos en conjunto con el Departamento de Seguridad Nacional en esfuerzos migratorios. Ese no es trabajo nuestro, ni lo será“, confirmó Beck en entrevista con el Times.
El alcalde Eric Garcetti confirmó, primero por medio de una vocera y después en una reunión de la organización CHIRLA en Los Ángeles, que mientras que respetará al presidente electo, cuestionará su política migratoria si ésta impacta a su comunidad.
“Si el primer día como presidente vemos algo hostil con nuestra gente, hostil con nuestra ciudad, malo para nuestra economía, malo para nuestra seguridad, alzaremos la voz y actuaremos“, dijo Garcetti. De igual manera, enfatizó que agentes del LAPD no saldrán a la calle “pidiendo papeles” de cualquier persona que se sospeche sea indocumentada.
“Somos el mismo departamento que tenían el lunes de la semana pasada. El resultado de las elecciones no nos ha cambiado”, dijo Beck.
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