Ese mismo año consiguió ventas millonarias con el tema Shop around, de The Miracles. En los siguientes 10 años Motown sacó al mercado más de 100 canciones que llegaron al Top Ten, como Dancing in the street, de Martha & The Vandellas (más tarde grabada por David Bowie y Mick Jagger); What’s going on, de Marvin Gaye; Papa was a rolling stone, de The Temptations; y Stop! In the name of love”, de The Supremes.
La firma explotó de éxito y la pequeña casa de Detroit, llamada en otra declaración de intenciones Hitsville USA (algo así como ciudad de los éxitos), se quedó pequeña. Gordy compró y alquiló numerosos locales, creó filiales y otros sellos. Pronto se convirtió en el empresario negro más rico de Estados Unidos.
Su receta fue dirigir Motown como una fábrica de éxitos, según el principio de lo que quisiera el mercado. Los equipos productores escribían canciones en serie, las tocaban con la banda de la empresa y luego hacían que las cantaran los artistas. Una vez por semana Gordy controlaba todo el material, y todo lo que no era un seguro éxito se desechaba, hasta los propios productores.
La banda de la empresa jugó un papel central. Al igual que la competidora Stax en Memphis, también Motown contaba con sus músicos profesionales propios. Con el pianista Earl van Dyke, el genio del bajo James Jamerson, el baterista Uriel Jones y otros grandes artistas del sonido en vivo, Gordy editó bajo el nombre de Funk Brothers a los mejores músicos de jazz y blues de la ciudad.
Por poco dinero, pero con mucho brío, produjeron en el famoso Estudio A, bautizado por ellos como la “guarida de la serpiente”, el típico sonido Motown con base en el principio KISS de Gordy: “Keep It Simple, Stupid!” (¡Mantenlo sencillo, tonto!).
En 1972 la firma se mudó a Los Angeles, porque Gordy quería ampliar el negocio ya iniciado en el mundo del cine, entre otras cosas para ayudar en su carrera a su entonces pareja, Diana Ross (Lady sings the blues).
Los Funk Brothers se quedan en Detroit, y poco a poco algunas estrellas se alejan del sello. En 1988 Gordy vendió la empresa por 61 millones de dólares. Más tarde recibió de EMI Music en varios pagos otros 300 millones de dólares por derechos de autor.
Hoy, Motown pertenece al gigante internacional Universal Music Group, que mantiene la marca. Con motivo del 50 aniversario saldrán a la venta numerosas rediciones de los clásicos, como el recopilatorio “Motown: the complete number 1s, con las más de 190 canciones de la firma que llegaron al puesto número uno de las listas de éxitos.
“La gente se pregunta por qué estoy tan feliz con el 50 aniversario”, afirmó Gordy a sus 79 años en Detroit. “Es porque hemos protegido el legado de Motown durante 50 años”.
La firma explotó de éxito y la pequeña casa de Detroit, llamada en otra declaración de intenciones Hitsville USA (algo así como ciudad de los éxitos), se quedó pequeña. Gordy compró y alquiló numerosos locales, creó filiales y otros sellos. Pronto se convirtió en el empresario negro más rico de Estados Unidos.
Su receta fue dirigir Motown como una fábrica de éxitos, según el principio de lo que quisiera el mercado. Los equipos productores escribían canciones en serie, las tocaban con la banda de la empresa y luego hacían que las cantaran los artistas. Una vez por semana Gordy controlaba todo el material, y todo lo que no era un seguro éxito se desechaba, hasta los propios productores.
La banda de la empresa jugó un papel central. Al igual que la competidora Stax en Memphis, también Motown contaba con sus músicos profesionales propios. Con el pianista Earl van Dyke, el genio del bajo James Jamerson, el baterista Uriel Jones y otros grandes artistas del sonido en vivo, Gordy editó bajo el nombre de Funk Brothers a los mejores músicos de jazz y blues de la ciudad.
Por poco dinero, pero con mucho brío, produjeron en el famoso Estudio A, bautizado por ellos como la “guarida de la serpiente”, el típico sonido Motown con base en el principio KISS de Gordy: “Keep It Simple, Stupid!” (¡Mantenlo sencillo, tonto!).
En 1972 la firma se mudó a Los Angeles, porque Gordy quería ampliar el negocio ya iniciado en el mundo del cine, entre otras cosas para ayudar en su carrera a su entonces pareja, Diana Ross (Lady sings the blues).
Los Funk Brothers se quedan en Detroit, y poco a poco algunas estrellas se alejan del sello. En 1988 Gordy vendió la empresa por 61 millones de dólares. Más tarde recibió de EMI Music en varios pagos otros 300 millones de dólares por derechos de autor.
Hoy, Motown pertenece al gigante internacional Universal Music Group, que mantiene la marca. Con motivo del 50 aniversario saldrán a la venta numerosas rediciones de los clásicos, como el recopilatorio “Motown: the complete number 1s, con las más de 190 canciones de la firma que llegaron al puesto número uno de las listas de éxitos.
“La gente se pregunta por qué estoy tan feliz con el 50 aniversario”, afirmó Gordy a sus 79 años en Detroit. “Es porque hemos protegido el legado de Motown durante 50 años”.
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